jueves, 6 de noviembre de 2008

“Los emprendimientos son una alternativa a la pobreza”


Liliana Suárez, Directora de Políticas Socioproductivas de La Matanza


“La pobreza bajó y creció el número de ocupados, al igual que los que desean trabajar. Pero eso debería ser responsabilidad de Desarrollo Social. Nosotros por cada emprendimiento tenemos tres familias que están ocupándose laboralmente”, se excusa Liliana Suárez, responsable de la Dirección de Políticas Socioproductivas local.

La frase surge en un escenario en el que tanto las estadísticas oficiales como las privadas reconocen que La Matanza es el Distrito que ostenta los mayores índices de pobreza del Conurbano bonaerense. Mientras tanto, el pueblo matancero, en los papeles, no avanza y las diversas dependencias municipales parecen jugar el clásico juego infantil del “Gran Bonete” y se acusan unas a otras, desoyendo los reclamos de aquellos cuyos intereses deberían defender.

Por su parte, la oficina citada se ocupa de impulsar, acompañar y financiar iniciativas productivas a pequeña escala y así generar alternativas de trabajo para aquellos expulsados del mercado laboral. Ejemplos de emprendimientos que patrocinan son manufacturas de indumentaria, productos alimenticios y un sin fin de servicios. No obstante, la Dirección no cuenta con presupuesto propio; “ni tenemos caja chica”, revela Suárez, por lo cual se manejan con aportes de los distintos niveles estatales que se planifican de acuerdo a las necesidades.

“Hoy tenemos funcionando alrededor de 500 emprendimientos y en lista de espera otros tantos. Algunos están funcionando aún sin haber sido subsidiados”, explica la funcionaria y agrega: “un 95 por ciento de los emprendimientos siguen funcionando después de dos años –el tiempo que ella lleva en el cargo-. De ese porcentaje sólo la mitad de los integrantes vive sólo del emprendimiento y la otra mitad tiene una actividad aparte”.

Obstáculos
La profunda crisis social y económica que atravesó Argentina a partir del 2001 ocasionó la irrupción de la Economía Social como una alternativa capaz de achicar las grandes brechas en la distribución de la riqueza e insertar a aquellos excluidos del mercado laboral. El problema fue, y continúa siendo, que la reglamentación vigente no está pensada para esta innovadora modalidad de producción.

Así, “emprender significa toparse con toda una serie de impedimentos a nivel legal, porque no solamente La Matanza, sino que el país todavía no está preparado para aceptar a este nuevo sector productivo. Así seguimos nosotros, como Estado, fomentando el mercado ilegal”, reprocha.

Para Suárez el principal obstáculo para que estas empresas consigan crecer y volverse independientes del favor estatal radica en la legislación “Nuestro pedido es que, guardando las leyes, los cuidados que impone la manipulación de alimentos y la seguridad e higiene y demás, se adapten al emprendimiento. Entonces el primer paso es adecuar las leyes y ordenanzas que ya existen a la realidad del microemprendimiento, sino decimos una cosa y hacemos otra”.

Como estos pequeños empresarios parten, en un principio, de una base monetaria muy escasa les resulta difícil hacerse cargo de los impuestos provinciales y municipales que deben pagar para legalizar su incursión. Entonces “a veces, por más que quieren, no pueden facturar”.

“Después de los inicios hay que seguir, no te podés estancar porque el emprendimiento necesita ir creciendo. Ellos necesitan saber cómo incorporar nueva gente, contratar empleados, aprender como se maneja una empresa. Por eso, por ejemplo, acá en la Dirección hay una contadora que los acompaña y trata de capacitarlos en el tema contable”.

Empezar de cero
“La cultura del trabajo sólo se adquiere con el trabajo, ya que no hay tecnología ni modernismo capaz de equipararse a lo empírico. El eje liberador, sin lugar a dudas, es el trabajo ciudadano, como derecho universal”, expresa como lema la Organización Internacional del Trabajo. La ecuación es simple: la mirada del otro ayuda a crecer y a comprometerse y la mirada propia debe servir a la autocrítica. Por eso, el aislamiento social por la ausencia de una inserción laboral alejó a muchos pobladores de los espacios comunitarios.

Las comisiones de emprendedores, gestadas desde el 2005 a lo largo y ancho del Partido, impulsan la solidaridad entre productores y el incentivo para que otros apartados de la cultura del trabajo consigan volver a ser autosuficientes a partir de su propio esfuerzo y capacidades. Es decir, el que le fue bien con su emprendimiento asesora a otros para que sigan su mismo camino.

“Es arduo volver a insertarse en el mercado laboral, volver a tener un sueldo y llevarlo a casa”, subraya la titular de la Dirección, pero inmediatamente aclara que “emprender significa iniciar una actividad con la finalidad de insertarse nuevamente en el mercado del trabajo y poder vivir de ese emprendimiento. Es arduo, pero es posible”.

¿Es posible?
“Creo que la canasta básica no está fijada en un número real”, reconoce Suárez al ser interrogada sobre la economía cotidiana. “Yo también soy ama de casa y veo como las cosas aumentan a diario y es difícil”, admite.

-Un microemprendimineto ¿genera suficientes ingresos como para que una familia subsista?
- Un gran porcentaje sí. Tenemos un 95 por ciento de emprendimientos que siguen funcionando desde que yo llevo la Dirección, de antes no hay muchos registros así que no se. No todos los integrantes viven exclusivamente del emprendimiento. Algunos, por ahí, porque todavía no se animan a dejar la actividad que ya tenían en blanco.

-¿Ven que puede llegar a tambalear la situación?
-A ellos les resulta muy difícil hacerse cargo de los impuestos provinciales. Hace dos años recién tenemos lo que los exime de la AFIP, que vendría a ser el “monotributo social”. No todos pueden llegar a facturar. Y eso es muy difícil, porque por ahí tenían posibilidades, tenían demanda pero no podían vender, no pueden exportar, no pueden vender a grandes fábricas, porque no tienen facturación.

-¿Sólo ventas ilegales?
-No diría ilegal porque ellos están inscriptos en un registro de emprendedores y tienen un permiso de funcionamiento, pero no pueden vender en cantidad.

-Entonces, emprender ¿Es una salida importante para La Matanza?
-Para La Matanza es una salida muy importante. Los emprendimientos son una alternativa a la pobreza.

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