En momentos en que la desaceleración económica amenaza con pronunciarse aún más sobre los vapuleados indicadores sociales como la pobreza, la inflación y el desempleo, quienes procuran su sustento con pequeños emprendimientos familiares alzaron la voz ahora en contra otra de las “amenazas” permanentes a sus sistema de supervivencia en la economía nacional, que para colmo se encuentra intimidada por los coletazos del ajetreado panorama financiero internacional.
Se trata de los emprendedores locales, cuyo representante, Aldo Vargas, cargo contra los numerosos talleres clandestinos que funcionan en el Distrito y que tienen su epicentro de comercialización en
Manipulación de precios
Para Vargas, que tiene un taller textil en Gregorio de Laferrere “en esa feria hay corrupción”, en referencia al canje de mercadería por inspección policíaca. También señaló maniobras de contratación a través de la “explotación de inmigrantes” que se hacen efectivos en los talleres ilegales. Lo que posibilita la “manipulación de precios”, con los cuales un emprendedor no puede competir, debido a sus costos.
A pesar de que los “Emprendedores de
La amenaza
Por su parte, la titular de
Reglas desparejas
Vargas, aseguró que la diferencia que existen entre los talleristas ilegales y los microemprendedores radica fundamentalmente en que los primeros, en general, son “dueños de todo los insumos y ponen a trabajar a la gente en negro y por poco dinero”, en cambio “nosotros nos asociamos para generar nuestra propia fuente de entrada, y convivimos dentro de un marco de legalidad”, aunque, consideró que “las reglas no son parejas para todos”, en referencia a los requisitos necesarios para habilitar un emprendimiento los cuales son muy similares al de los exigidos a “las grandes empresas”.
Explotación boliviana
El emprendedor también señaló que muchas veces, por falta de ingresos se hace necesario trabajar para clientes que comercializan en
A fin de tratar de bloquear esa incidencia en los valores de los productos y del trabajo de los emprendedores, Vargas instó a que se unan todos los emprendedores del distrito para acordar un precio común.
Puestos a la vera del riachuelo
instalaron a vender ropas importadas y comida en terrenos abandonados en la localidad lomense de Ingeniero Budge, que en tiempos de Perón estaban acondicionados como balnearios. Como vieron que el negocio era redituable reunieron a sus familias, y cuando crecieron en número armaron Urkupiña SA, que, al sumar nuevos socios, se dividió en Cooperativa Ocean y
Punta Mogotes SA. Más tarde se instaló en el lugar la feria "de la ribera", que creció como un yuyo salvaje de puestos instalados a la margen misma del Riachuelo. Todas funcionan de noche, y convierten a sus 50 mil visitantes diarios en ciudadanos de una espectral ciudad nocturna.
Las "ferias internadas" nacieron en 1999 y desde la devaluación reemplazaron los electrodomésticos y chucherías importadas que vestían sus caballetes por ropa, calzado, compacts y videos.
Algunos de los puesteros manifiestan “somos legales y pagamos nuestros impuestos como todos los negocios". Lo cierto es que la feria da algunas facilidades, al menos las necesarias para que muchos de los que alquilan los puestos, recauden un capital necesario que les permita “montar un negocio propio en la ciudad", como lo aseguran algunos de los comerciantes.
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