El efecto jazz, y la falta de crédito golpean al sector inmobiliario
Los dirigentes prevén que la crisis mundial sea favorable para el mercado. Sin embargo, el sector registró bajas en las demandas y en los precios de los alquileres y en las ventas de propiedades.
El derrumbe de las bolsas en todo el mundo y la pulverización del crédito hipotecario, entre otros factores característicos de la vapuleada economía nacional, provocaron la caída del sector inmobiliario que, según los especialistas se pronunciara durante el año próximo con una baja en las ventas de entre el 10 y el 25 por ciento.
De esta manera, desde las inmobiliarias de La Matanza señalaron que en los últimos cuatro meses la actividad se encuentra “estancada” y señalaron a “la falta de crédito hipotecario y la incertidumbre provocada por la crisis mundial” como uno de los factores desencadenantes del fenómeno.
Al respecto, el titular de la Cámara de Inmobiliarias Argentina (CIA), Néstor Walenten, subrayó que todas las crisis siempre repercutieron en el mercado inmobiliario porque este “es muy sensible”. Históricamente “el sector siempre se vio beneficiario ya que los precios de las viviendas se re valorizaron dando importantes rentas”.
Sin embargo, en esta ocasión “para el mercado inmobiliario, la situación crítica comenzó con la resolución 125 implementado por el Ministerio de Economía”. Luego de la votación en el senado, “el mercado aumentó sus ventas, pero el efecto jazz lo derrumbó todo nuevamente”.
Alquileres a pique
Otro efecto reflejado en el país por la debacle financiera fue el violento descenso en la escalada que desde el 2006 caracteriza a los valores de los alquileres.
Desde las inmobiliarias aseguraron que los precios disminuyeron entre un 3 y un 5 por ciento, pero vaticinaron que los valores por ahora “se mantendrán”.
Por su parte, el titular de la Unión Argentina de Inquilinos (UAI), Radames Marini, coincidió con la mayoría de las inmobiliarias al afirmar que “Las consultas por locaciones bajaron en los últimos meses porque los bolsillos de la gente quedaron más “flacos” por los incrementos del valor de los alimentos”
Baja en la demanda
Por su parte, Walenten se mostró optimista al afirmar que “los alquileres se van a mantener en los niveles de los últimos años” debido al “déficit habitacional por el que atraviesa el país”. De todas maneras prevé que aumente la oferta debido a los edificios que “ha finalizado su construcción” y están camino a las inmobiliarias.
La incertidumbre que reina en el sector, para muchos toma matices catastróficos. Quizá por eso Marini afirmó: “La crisis va a generar desempleo y probablemente, muchos tengan que vender sus inmuebles sin lugar a dónde ir”.
Déficit habitacional
Según los datos suministrados por la UAI el déficit habitacional asciende a “2 millones 500 mil de viviendas”. Si bien, el Gobierno “ofreció generar un plan de 500 mil viviendas” lo que representa un diez por ciento. “El déficit es alto y no se hace nada para ejecutarlo”, evaluaron desde la institución.
Confianza en el ladrillo
El lema de la Cámara de Inmobiliarias es “el ladrillo no traiciona” por lo que su titular se mostró convencido que “la debacle va a beneficiar al sector” porque la gente que hoy se encuentra volcada en el dólar “se va a dar cuenta que no hay bancos a nivel internacional y que un negocio seguro son los títulos de propiedad”. “El ladrillo ha sobrevivido a varias crisis y ha demostrado ser un excelente resguardo de los valores”, señaló Walenten.
La situación en los comercios de San Justo
En el Centro de San Justo, en la Matanza , quienes alquilan un local comercial se quejan de las desmedidas sumas que se exigen para poder arrendar el espacio en esa zona, en particular sobre la calle Arieta, donde se manejan importes de alquiler que van desde 7 a 15 mil pesos por mes. “Muchos comerciantes emigran hacia otros centros” comentó un minorista, que se dedica a vender indumentaria y que ha tenido que enfrentar varios aumentos debido a “ajustes inflacionarios”, el último de mil pesos, en Julio.
Esos aumentos “son ilegales”, porque se debe respetar los contratos por tres años que oportunamente se realizan. Sin embargo, si no se accede a esos “ajustes”, es probable que a la hora de la renovación se exijan sumas fantásticas y adelantos en “llaves” y otros conceptos, “imposibles de abonar”. Por eso, para quienes se dedican a este tipo de actividad comercial “no le queda otra, porque viven de eso” confesó otro entrevistado.
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