En la actualidad la escasez de talentos es una realidad en muchas áreas del mercado laboral nacional y esto funciona, en la mayoría de los casos, como una amenaza para los motores de crecimiento y prosperidad económica del país.
Esta insuficiencia no es sólo en la disponibilidad total de talentos sino también, y lo que es más importante, en las habilidades y competencias específicas necesarias en las economías emergentes como la de Argentina.
La encuesta anual sobre escasez de talentos realizada por la compañía Manpower, una de las líderes en servicio de Recursos Humanos, ilustra claramente esta tendencia. Los resultados indican que el 41% de los empleadores argentinos encuentra dificultades para hallar personal calificado en varios puestos, principalmente técnicos.
Según los 781 empresarios entrevistados, los profesionales más demandados en el país y de mayor escasez son, por orden de importancia: gerentes/ejecutivos, oficios manuales calificados (electricistas, soldadores o albañiles), gerentes de ventas, ingenieros, conductores, asistentes administrativos, representantes de ventas, mecánicos y responsables del servicio y atención al cliente.
No obstante, el 38% de estos empleadores prevé un aumento en la contratación de personal para el próximo trimestre, aunque para Buenos Aires esta cifra descienda un 2%. La expectativa neta de empleo más fuerte es anunciada en el sector de Finanzas, Seguros y Bienes Raíces, la cual llega al 45%.
Además, la estadística muestra que las perspectivas de contratación son positivas en todo el continente.
¿Y en el resto del mundo?
Muchas regiones de la economía global también enfrentan actualmente una importante escasez en su mercado laboral que, según los pronósticos, cada vez será peor.
La Organización Internacional Del Trabajo informó que, a pesar de un crecimiento económico relativamente dinámico en muchas regiones del mundo, se fracasa en el intento de generar suficientes puestos de trabajo para reducir los niveles promedio totales de desempleo o subempleo.
Hasta hace muy poco tiempo, las personas creían que las calificaciones, conocimientos y experiencia que aportaran a lo que parecía ser las funciones más importantes dentro de la empresa en la que trabajaban, los mantendría bien ubicados por varios años. Sin embargo, en la práctica no es así porque el ritmo acelerado en los cambios tecnológicos y empresariales ha hecho que muchas habilidades que alguna vez fueron “clave” pasen rápidamente su momento de gloria y se vuelvan insustanciales y obsoletas.
Hoy, los trabajos más buscados se vuelven poco interesantes casi tan rápidamente como cambia el ciclo de vida de un producto. El periodo de auge de una habilidad que en otro momento duraba tres años, ahora es de tan sólo nueve meses. Por ejemplo, hasta no hace mucho, un administrador de sitios Web era un trabajador muy buscado; ahora, si se utiliza el programa adecuado, se puede crear una página en Internet en pocos minutos, por lo que el mercado para esta clase de habilidad es mucho menor.
Para capturar personal escaso se ofrecen mayores salarios y una mejor calidad de trabajo, ofertas destinadas a seducir personal que ya está ocupado, por lo que el contraste entre las oportunidades de mejorar la calidad de empleo del personal capacitado y del no calificado se amplía e inevitablemente aumenta la mano de obra desocupada sin habilidades.
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