Una multitudinaria marcha de trabajadores municipales y profesionales de la salud tuvo lugar el 12 de abril en reclamo y en disconformidad por el porcentaje de aumento salarial acordado por el Sindicato de Trabajadores Municipales de La Matanza (STMLM) y el Ejecutivo local. Los empleados habían planeado un paro ese mismo día para solicitar una recomposición salarial, “que contrarreste los efectos inflacionarios que alejan cada vez más a nuestros salarios de los insumos básicos“ , pero, a primera hora de la mañana el gremio había acordado un aumento del 15 por ciento, que representa 76 pesos en las categorías básicas, en lugar del 35 por ciento, que exigía el petitorio original cuando con la promesa de un “salario digno” los delegados agitaban e ilusionaban a los empleados que tienen sus sueldos postergados desde hace casi una década.
Los aumentos salariales que se fueron dando progresivamente luego de la crisis del 2001 a nivel nacional a empleados privados y estatales, ninguno de ellos había alcanzado a los municipales cuyo sueldo básico en las categorías esenciales apenas superan los 500 pesos.
El “arreglo”
La suspensión de la medida de fuerza y el “arreglo” al que llegó el sindicato, enervó a un sector de los trabajadores que organizaron una masiva protesta en el centro de San Justo y se mostraron disconformes con las negociaciones de los representantes gremiales encabezados por el diputado Nacional y Secretario General del Sindicato, Juan Carlos Sluga.
La movilización fue acompañada además, de un paro que los distintos centros de salud municipales realizaron desde las 9 hasta las 13. Los manifestantes exigían un aumento del salario básico del 35 por ciento, un 2 por ciento por antigüedad, 300 pesos no remunerativos y el pase a planta permanente del personal contratado.
La protesta se extendió por la calle Almafuerte hasta Indart para llegar a Arieta y culminar en la puerta del Palacio Municipal. Al pasar por la vereda del edificio del STMLM, la multitud se topó con el secretario general Sluga y lo transformó en el blanco de los silbidos, gritos y calificativos de “traidor”, además de exigir su renuncia.
El “desagravio”
Al día siguiente, los delegados convocaron a otra movilización, pero esta vez para “apoyar al sindicato”, excusa muy llamativa y hasta para algunos ingenua, luego que resonará por los pasillos la renuncia de Sluga como consecuencia de la protesta del día anterior.
Así, la marcha que para todos fue de “desagravio” o de “apoyo a la gestión” del secretario general, se proponía dar las gracias a Sluga y al intendente Fernando Espinoza por el aumento salarial conseguido. La concurrencia se vio fortalecida por el aval del ejecutivo, ya que desde la oficina de personal del municipio se instó a asistir a esa manifestación, que esta vez sí se realizaba, no ya para exigir una recomposición salarial digna, sino para consolidar una estructura sindical que se vio tambalear.
Así se reafirmó la consigna con que tristemente se identifica gran parte de la dirigencia política y con la que se alzan muchos sindicatos: “Alcanzar y mantener el poder por el poder mismo, y no para el servicio de los trabajadores”.
Los aumentos salariales que se fueron dando progresivamente luego de la crisis del 2001 a nivel nacional a empleados privados y estatales, ninguno de ellos había alcanzado a los municipales cuyo sueldo básico en las categorías esenciales apenas superan los 500 pesos.
El “arreglo”
La suspensión de la medida de fuerza y el “arreglo” al que llegó el sindicato, enervó a un sector de los trabajadores que organizaron una masiva protesta en el centro de San Justo y se mostraron disconformes con las negociaciones de los representantes gremiales encabezados por el diputado Nacional y Secretario General del Sindicato, Juan Carlos Sluga.
La movilización fue acompañada además, de un paro que los distintos centros de salud municipales realizaron desde las 9 hasta las 13. Los manifestantes exigían un aumento del salario básico del 35 por ciento, un 2 por ciento por antigüedad, 300 pesos no remunerativos y el pase a planta permanente del personal contratado.
La protesta se extendió por la calle Almafuerte hasta Indart para llegar a Arieta y culminar en la puerta del Palacio Municipal. Al pasar por la vereda del edificio del STMLM, la multitud se topó con el secretario general Sluga y lo transformó en el blanco de los silbidos, gritos y calificativos de “traidor”, además de exigir su renuncia.
El “desagravio”
Al día siguiente, los delegados convocaron a otra movilización, pero esta vez para “apoyar al sindicato”, excusa muy llamativa y hasta para algunos ingenua, luego que resonará por los pasillos la renuncia de Sluga como consecuencia de la protesta del día anterior.
Así, la marcha que para todos fue de “desagravio” o de “apoyo a la gestión” del secretario general, se proponía dar las gracias a Sluga y al intendente Fernando Espinoza por el aumento salarial conseguido. La concurrencia se vio fortalecida por el aval del ejecutivo, ya que desde la oficina de personal del municipio se instó a asistir a esa manifestación, que esta vez sí se realizaba, no ya para exigir una recomposición salarial digna, sino para consolidar una estructura sindical que se vio tambalear.
Así se reafirmó la consigna con que tristemente se identifica gran parte de la dirigencia política y con la que se alzan muchos sindicatos: “Alcanzar y mantener el poder por el poder mismo, y no para el servicio de los trabajadores”.
1 comentario:
Soy municipal de La Matanza. Sólo quería agregar que hay quienes tienen como sueldo básico $ 380....Una verdadera Verguenza...sobre todo si tenemos en cuenta que esta llena de Ñoquis que superan los $ 1.500...
Muy buena la nota!!! estas son cosas que pocos publican. Gracias!
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