domingo, 21 de noviembre de 2010

5 años de Guerra contra Europa




La vuelta de obligado, un principio de soberanía


La instauración de la libre navegabilidad de los ríos con fines comerciales es uno de los pretextos de Francia e Inglaterra para intervenir en el Río de La Plata. Todo, resultado de una conspiración de “unitarios” y del imperio del Brasil tras una reunión diplomática de mediación celebrada en Paris.
Cuando las potencias europeas llegan a Buenos Aires, bloquean el puerto, exigen el retiro de la fuerzas del Almirante Guillermo Brown de Montevideo, se apoderan de la flota y desembarca la infantería de marina en Uruguay.
En Argentina, gobernadores, caudillos y generales, envían notas de apoyo al gobierno nacional. El autor del himno, don Vicente Lopez y Planes, compone una “Oda Patriótica” en apoyo de Juan Manuel de Rosas, al frente de la Confederación Argentina. El general San Martín envía una carta a Rosas para ofrecerle sus servicios “para lo que fuese” y afirma “su lucha es tan trascendente, como la de nuestra emancipación de España”
Ante el agravio, se moviliza a todo el país y se rompen relaciones con Francia e Inglaterra. Mientras tanto, la escuadra enemiga, con unitarios asesores a bordo, remonta el río Paraná y Uruguay saqueando y matando.
Argentina, con fuerzas terrestres y de artillería, trata de cerrarles el paso en un recodo del Paraná y refuerza la defensa de la vuelta de obligado. A pesar de la neta inferioridad de las fuerzas nacionales frente a las invasoras, la resistencia es heroica. Al cabo de varias horas de bombardeo desembarca la escuadra enemiga y se combate cuerpo a cuerpo, pero finalmente los argentinos se retiran con 650 bajas, mientras los asesores unitarios observan desde los buques y desde el Uruguay, donde izan una bandera celeste y blanca, para diferenciarse del pabellón Azul y Blanco de las tropas Argentinas.
A partir de obligado, todo enemigo debió navegar con escolta militar. Igual era atacado, con lo que fuere, cañones, balas, fuego, piedras (guerra de guerrillas). Cada viaje era un infierno. Ingleses y franceses se dieron cuenta que tendrían que pelear metro a metro cuando incursionen en ríos nacionales.
Este marco de guerra contra Europa fue aprovechado además por otros unitarios como Sarmiento que, exiliado en Chile, propone a las autoridades de ese país “quedarse” con la Patagonia argentina. También el General Paz con tropas en su mayoría paraguaya forma un ejército de 10 mil hombres denominado “aliado pacificador”, que mas tarde es derrotado.
La guerra contra Argentina es muy importante en el viejo continente. La opinión pública presiona y las escuadras aliadas se encuentran en un callejón sin salida porque no pueden irse, pero tampoco desembarcar, porque serían derrotados.
Entonces, se decide negociar. La negociación es larga porque Rosas sostiene que Francia e Inglaterra deben retirarse, devolver todo lo que han tomado y desagraviar al pabellón Nacional.
Inglaterra decide reforzar las negociaciones de paz, pero Francia prefiere aliarse con el Brasil para una acción conjunta. En eso, estalla la revolución en París, y el jefe de la escuadra francesa, por su cuenta, levanta el bloqueo y Brasil da marcha atrás.
Ante este panorama, ya se prevé el triunfo de la soberanía argentina. Y, finalmente, suenan los cañonazos de la flota enemiga antes de partir. Es el saludo y el desagravio a la bandera azul y blanca. Las escuadras que parten representan nada más que las dos naciones más poderosas de la tierra.
San Martín, en un inciso especial de su testamento, lega su Sable de la Independencia “al General argentino Don Juan Manuel de Rosas, como prueba de la satisfacción que como Argentino, he tenido al ver con cuanta altura ha sostenido el honor de la patria”
Habrá que preguntarse porque un acontecimiento tan importante se trato de ocultar a pesar de su nobleza.

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